Jefferson es un clásico. Es guapo, baila bien, besa mejor y tiene moto, ¿para qué más? De ñapa se sacó la lotería con Mayerling, que lo quiere así mismo como es él y no le exige nada más. A cambio de tanta suerte, Jefferson está más que dispuesto a levantarse temprano para llevarla al trabajo y a tener su celular siempre prendido para que ella le avise cuando la tenga que ir a buscar. De resto, no tiene más planes. Jefferson no es que sea flojo, él sí ha trabajado, ha sido mensajero y no es que esté negado a volverlo a ser, también ha sido pegador de bloques, pintor de brocha gorda y le mete a la plomería y a la electricidad.
El problema es que no le gusta tener horarios ni que lo estén mandando, Jefferson no nació para tener jefes y no se cala que le estén reclamando nada ni mucho menos que le hablen golpeado y claro, aunque él no es flojo, no es fácil que alguien emplee a un tipo así.