El verano y el calor siempre se han asociado con grandes beneficios, pues el sol aumenta la producción de serotonina y de vitamina D que tiene grandes beneficios para el cuerpo.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que hay un límite de calor a partir del cual nuestro celebro no funciona correctamente y son los 40°C.
Normalmente los seres humanos somos homeotermos, lo que quiere decir que nuestro hipotálamo es capaz de regular nuestra temperatura manteniéndola en 37°C aproximadamente.
Pero una vez que la temperatura ambiental sobrepasa los 40°C el hipotálamo deja de funcionar bien y no controla el sistema de enfriamiento común que vendría a ser la transpiración.
Y ¿cuáles son las consecuencias de eso?
Capacidad de respuesta mucho más lenta.
Estamos más cansados y apáticos.
Genera irritabilidad y confusión.
Las proteínas se desnaturalizan, perdiendo su estructura y esto afecta a las neuronas responsables de la función motora.