¿Por qué el déficit de hierro es más común en la mujer? Conoce los síntomas y tratamientos
Este contenido es solo informativo. Consulte a un profesional para obtener consejos o diagnósticos médicos.
El hierro es un mineral esencial para el correcto funcionamiento del organismo, pero su déficit puede pasar desapercibido, impactando gravemente la calidad de vida. Este tema, que fue abordado en el espacio Salud en Portadas Al Día, reveló por qué las mujeres son el grupo poblacional más vulnerable a esta condición, que va más allá de la simple fatiga.
La doctora Yohana Pérez (@drayohana.fertilidad), ginecóloga y experta en salud hormonal, explicó en la entrevista que el cuerpo humano no produce hierro, por lo que es vital obtenerlo a través de las diferentes comidas que consumimos a lo largo del día. Sin embargo, factores biológicos y de estilo de vida predisponen a las mujeres a sufrir una deficiencia.
Los factores que agotan las reservas de hierro
La especialista enfatizó que las mujeres son más propensas al déficit por varias razones clave:
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Etapas de alta demanda: El embarazo y la lactancia duplican la necesidad de hierro, ya que la madre debe satisfacer sus requerimientos y los del feto o bebé. Si la reserva es baja al inicio, la deficiencia se acentúa.
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La menstruación: El sangrado cíclico mensual, especialmente en casos de menstruaciones abundantes o prolongadas, consume las reservas de hierro constantemente.
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Dietas restrictivas: Las mujeres suelen ser más propensas a realizar dietas estrictas o dietas vegetarianas/veganas, donde el hierro de origen vegetal (no hemo) es menos absorbible, lo que exige una planificación nutricional más cuidadosa.
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Intervenciones quirúrgicas: Cirugías como la bariátrica o estéticas también pueden mermar las reservas de este mineral.
¡Atención a las señales! Síntomas que no debes ignorar
La Dra. Pérez advierte que no todo déficit de hierro es sintomático de inmediato, y a menudo los primeros signos se confunden con el estrés o el cansancio.
Etapa Inicial de Déficit:
- Episodios de mareo y falta de concentración.
- Debilitamiento y fragilidad en el cabello y uñas.
- Alteraciones del sueño y mal humor.
Etapa Aguda (Anemia):
- Fatiga extrema y debilidad pronunciada.
- Dolores de cabeza y taquicardia (aceleración del corazón).
- Manos y pies fríos.
- Dificultad para respirar.
Importante: El déficit de hierro severo, conocido como anemia, puede conducir a problemas cardiovasculares si no se trata a tiempo, por lo que la consulta médica es fundamental.
El camino hacia una reserva saludable
Para diagnosticar con exactitud la falta de hierro se utiliza un perfil ferrocínético (examen de sangre). Una vez confirmado, el tratamiento debe ser integral:
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Dieta inteligente: La clave es el equilibrio.
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Hierro de origen animal (Hemo): Es el más absorbible y se encuentra en carnes rojas, aves, pescados y vísceras (como el hígado).
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Hierro de origen vegetal (No hemo): Presente en legumbres, cereales y hortalizas de hojas verdes (espinacas).
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Mejorar la absorción: Los suplementos, que pueden ser orales o intravenosos (según el caso), deben tomarse idealmente con el estómago vacío, o 30 a 60 minutos antes de las comidas para reducir el riesgo de estreñimiento y sabor metálico.
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El aliado clave: Consumir el hierro junto con vitamina C (en cítricos o suplementos) mejora significativamente su absorción.
La Dra. Pérez concluyó con una recomendación de oro: "Como mujeres, es natural que pasemos por etapas que demandan más hierro, y por ello es normal que seamos más propensas a esta deficiencia. Sin embargo, no debemos normalizar los síntomas severos. Estar pendientes de una buena alimentación y hacer chequeos de rutina son la primera defensa. Si usted nota que los síntomas como el cansancio, la taquicardia o la dificultad para respirar son persistentes y comienzan a afectar su calidad de vida, no se automedique. Consulte a su médico de inmediato para recibir un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado".