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La Segunda Guerra Mundial, precedentes fatales y heridas inolvidables

Tras la fundación en 1918 de la Sociedad de las Naciones, el mundo entró en una aparente paz que con la poca capacidad del organismo para frenar los enfrentamientos, se convirtió en una bomba de tiempo. Finalmente, en 1931 Asia entra en conflicto y fue el detonante de todo de forma indirecta.

La presión sobre Alemania como consecuencia de la Primera Guerra Mundial le dio fuerza a Hitler en su cargo político, tomando el control del país en una cruzada ideológica que seguía sumando adeptos a lo largo del territorio y así decidió en 1933 dar un paso al costado en su relación con la Sociedad de las Naciones, además de ignorar las cláusulas establecidas en el tratado de Versalles.

Para 1936 los conflictos ya mezclaban continentes y en España explotaba la guerra civil, al tiempo que Alemania comienza una expansión que detona el conflicto de manera formal en Europa en 1939, cuando el avance germano en Polonia hace que Francia y Gran Bretaña le declaren la guerra a Hitler.

En tan solo un año el dominio territorial de Alemania era abrumador y en medio del conflicto Italia tomó parte en asuntos bélicos, comenzando a bombardear distintos territorios relacionados a los alemanes. En 1941, las cosas cambian de forma drástica ya que por un lado Japón bombardea Pearl Harbor y por otro, Hitler decide invadir a la Unión Soviética.

1943, Stalingrado y Alan Turing van de la mano con el desenlace de la guerra, ya que además de las malas decisiones de Hitler en lo militar, la presencia de Estados unidos permitió hacerle frente al conflicto armado también desde las ideas. Alan Touring aprovechó la ciencia como arma efectiva en contra de sus enemigos y de la guerra misma.

En 1944 es el desembarco de Normandía y en 1945 el mundo tuvo mucho movimiento con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki  que sirvieron para finalizar la guerra también en Asia, además de dar comienzo a los Juicios de Nuremberg y la creación de la ONU como sustituta de la Sociedad de las Naciones.

En los años siguientes los movimientos fueron más diplomáticos que bélicos, como el Plan Marshall en 1947 o la creación de la O.T.A.N., aunque la división de Alemania en dos partes volvió a encender las alarmas durante mucho tiempo.

Terminada la guerra, las cifras de muertos y destrucción eran devastadoras, además de todo lo que se reveló sobre El Holocausto, uno de los episodios más grises y tétricos en la humanidad, dejando un precedente social de destrucción tan grande como el que en lo bélico dejó la bomba atómica.

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