En el tercer programa de “La Aventura Humana”, Rafael Arráiz Lucca en pantalla aborda la vida y obra del reconocido y venerado médico de los pobres, en el episodio llamado “José Gregorio Hernández”, a través de una disertación que nos conduce en un recorrido biográfico en profundidad, acerca del gran doctor, como hombre y como mito, en su camino a los altares.
Con el propósito de resaltar el aporte de José Gregorio Hernández para Venezuela y el mundo, por su legado como médico, docente y filántropo, el programa está lleno de anécdotas y detalles que acercan al espectador mucho más a este insigne venezolano. Además, el doctor Hernández es un símbolo de caridad y solidaridad hacia los más necesitados, sus hechos y su reciente beatificación, ha despertado el interés mundial por su loable misión, tema que también se trata en este episodio junto al camino en el que llega a ser muy popular en todo un país, gracias a sus grandes milagros.
Cada episodio de “La Aventura Humana” nos permitirá profundizar en sucesos y momentos estelares que marcaron un hito en la historia de nuestro país y del mundo. Porque el entusiasmo por aprender da lugar a este viaje en el tiempo, un espacio ideal para la familia y todos aquellos apasionados por la historia.
Estudios en Francia le dieron acceso a la preparación más exigente y efectiva de la época, haciendo de José Gregorio Hernández una eminencia en medicina. Esta experiencia le brindó la oportunidad de dar el salto del pupitre al pizarrón para convertirse en profesor, aunque esta etapa la cumplió en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en su regreso al país.
Fundador de bacteriología en Venezuela y miembro fundador de la Academia Nacional de Medicina son algunos de los logros conseguidos mientras se preparaba como médico, además de haber aportado el texto “Elementos de bacteriología”, así como sus estudios y avances en paludismo, nefritis amarílica y tuberculosis.
Su vocación tuvo un vuelco repentino en el que intentó ser sacerdote, llegando incluso a viajar a Roma para conseguirlo. Pero no fue el camino que llevó finalmente, permitiéndole seguir de cerca en la medicina, algo que le permitió convertirse en uno de los mejores de Venezuela, junto a su cercanía con los más necesitados en un equilibrio importante entre la ciencia y lo humano de cara a sus pacientes.
Fue tal su aporte y huella, que en relación a su entierro, Rómulo Gallegos expresó que “no fue el duelo vulgar por la pérdida del ciudadano útil y eminente, sino un sentimiento más hondo, más noble, algo que brotaba en generosos raudales de lo más puro de la sustancia humana”.
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